Favorecer la autonomía de un niño o niña con Trastorno del Espectro Autista (TEA) es uno de los objetivos centrales del acompañamiento familiar y terapéutico. La independencia no sólo impacta en su autoestima y bienestar emocional, sino que también les permite desarrollar habilidades funcionales que serán fundamentales en todas las etapas de su vida.
En este artículo, compartimos estrategias generales y concretas para que las familias puedan fomentar la autonomía en el hogar, acompañando con paciencia y sensibilidad cada pequeño logro.
● ¿Por qué es importante promover la autonomía en casa?
En el contexto del TEA, la autonomía no siempre aparece de manera espontánea. Muchos niños necesitan apoyos específicos para aprender a:
- Realizar actividades de la vida diaria (vestirse, comer, higienizarse).
- Tomar decisiones simples.
- Organizar sus rutinas.
- Resolver pequeños problemas cotidianos.
Fortalecer estas habilidades desde edades tempranas favorece su autoestima, reduce la ansiedad ante los cambios y les permite desenvolverse con mayor seguridad en distintos entornos.
● Establecer rutinas claras y predecibles
Los niños con TEA suelen sentirse más seguros cuando saben qué esperar. Las rutinas:
- Ofrecen estructura y previsibilidad.
- Reducen la ansiedad por lo desconocido.
- Favorecen la comprensión de los pasos a seguir en cada actividad.
* Consejos prácticos:
- Definir horarios fijos para las comidas, el baño, el juego y el descanso.
- Anticipar los cambios con tiempo suficiente.
- Usar agendas visuales o calendarios ilustrados para mostrar el orden de las actividades.
● Incorporar apoyos visuales
Los apoyos visuales son herramientas fundamentales para favorecer la comprensión y la organización:
- Secuencias de pasos: por ejemplo, un cartel con imágenes que muestre cómo lavarse los dientes.
- Pictogramas o fotos: que representen objetos, acciones o normas de conducta.
- Tableros de elección: para que puedan seleccionar entre dos o más opciones (ropa, juegos, meriendas).
Estos recursos transforman la información abstracta en concreta, facilitando el aprendizaje de nuevos hábitos.
● Descomponer las tareas en pequeños pasos
Muchas veces las tareas cotidianas resultan complejas porque implican múltiples pasos encadenados. Dividirlas facilita el aprendizaje:
1 - Ponete los zapatos.
2 - Agarrá la mochila.
3 - Esperá en la puerta.
A medida que el niño incorpora los pasos, podemos ir retirando apoyos gradualmente.
● Ofrecer opciones controladas
Permitir pequeñas elecciones favorece la autonomía y el desarrollo de la toma de decisiones:
- Elegir entre dos remeras.
- Escoger qué cuento leer antes de dormir.
- Decidir entre dos actividades para el tiempo libre.
Dar opciones acotadas evita la sobrecarga de estímulos y enseña a decidir dentro de límites seguros.
● Validar el esfuerzo y reforzar los logros
Cada intento cuenta. Es importante::
- Reconocer los avances, aunque sean pequeños.
- Evitar corregir en exceso o sobreproteger.
- Utilizar refuerzos positivos: elogios, abrazos, palabras de aliento.
La motivación aumenta cuando sienten que sus esfuerzos son valorados.
● Adaptar el entorno para favorecer la independencia
Organizar el ambiente puede facilitar la participación:
- Guardar los objetos a su altura.
- Utilizar cajas o canastos con fotos o pictogramas que identifiquen su contenido.
- Mantener el orden y la previsibilidad en los espacios.
Un entorno accesible reduce la necesidad de ayuda constante.
● Acompañar desde el respeto y la paciencia
Cada niño con TEA tiene sus tiempos de aprendizaje. Es fundamental:
- Evitar apurarlos o comparar sus logros con los de otros.
- Brindar apoyo cuando lo necesiten, pero permitiendo que intenten por sí mismos.
- Celebrar cada paso hacia la independencia como un gran logro familiar.
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