Trastorno del Espectro Autista
El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición neurobiológica que afecta la forma en que una persona se comunica, interactúa y se comporta con los demás. Aunque el TEA se presenta en una variedad de formas y niveles de compromiso, puede afectar la vida diaria de una persona y sus relaciones sociales.
El TEA es un trastorno del desarrollo que se diagnostica en la infancia y se caracteriza por dificultades en tres áreas principales: la comunicación, las interacciones sociales y el comportamiento repetitivo. Algunos de los síntomas más comunes incluyen dificultad para comunicarse y sostener conversaciones, dificultad para hacer amigos y mantener relaciones sociales, comportamientos repetitivos, intereses y actividades restringidos y sensibilidades sensoriales exageradas o disminuidas.
Aunque no se sabe con certeza qué causa el TEA, se cree que es una combinación de factores genéticos y ambientales. Actualmente, no hay una cura para el TEA, pero hay tratamientos eficaces disponibles para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Estos incluyen terapias conductuales y de comunicación, terapias ocupacionales, terapias de juego y apoyos en el ámbito educativo.
Es importante que los padres y cuidadores de niños con TEA reciban el apoyo adecuado, la contención y los recursos para poder ayudar a sus hijos a tener una vida plena y satisfactoria. Además, es importante que la sociedad en general acepte y valore a las personas con TEA y comprenda que son individuos únicos con sus propios pensamientos, emociones y habilidades.
En resumen, el TEA es una condición que hace que las personas que se encuentran dentro de la misma, perciban el mundo de manera diferente, y actúen en consecuencia. Con lo cual, lo que hay que aprender, como sociedad es a respetar la neurodiversidad, ampliar nuestra mirada y enriquecernos con las diferencias.
Si educamos para aceptar la diversidad como algo “normal”, no será necesario hablar de inclusión, sino de CONVIVENCIA.